El sistema endocannabinoide

El sistema endocannabinoide – Un viaje dentro de tu cuerpo

De perdidos, al río: así es con el CBD y el sistema endocannabinoide. Si te gusta lo primero, debes saber al menos algunos conceptos básicos de lo segundo. El conocimiento es el nuevo color negro; tú ya sabes cómo es. Si nunca has oído hablar del sistema endocannabinoide o tienes ganas de ampliar un poco tu conocimiento, has venido al lugar correcto!

A continuación, veremos qué es este sistema, cómo llegamos a saber que existe y cómo tu dosis diaria de CBD puede o no influir en él.

 

Regreso a las raíces – literalmente.

Allá por el 2007, cuando will.i.am lanzó la canción “I got it from my mama”, el letrista probablemente no tenía en mente el sistema endocannabinoide, pero esta podría ser la banda sonora del tema que nos ocupa. No solo tienes este sistema, sino tu mamá, y su mamá, y la mamá de su mamá, pues ya ves a dónde va esto.

El sistema endocannabinoide está profundamente arraigado en nuestra genética, ya que forma parte de nuestro sistema nervioso. El prefijo ‘endo’ insinúa esto: es griego y puede traducirse como ‘dentro’. Entonces: el sistema endocannabinoide es endógeno. Dentro de nuestro sistema nervioso existen los llamados receptores de cannabinoides, con los que se pueden conectar los principios activos de la planta de cannabis.

Los endocannabinoides son nuestras propias moléculas, que sirven como sustancias mensajeras y también pueden conectarse a esos receptores. Nos adentraremos más en eso en un momento; por ahora, queremos centrarnos en lo básico.

 

CB1 & CB2 – receptores bajo fuego

Hay bastantes receptores de cannabinoides, pero las verdaderas estrellas son los receptores CB1 y CB2. Esto que puede sonar como los hermanos de C3PO de Star Wars, son en realidad los receptores responsables de muchos procesos dentro de nuestro cuerpo. Los endocannabinoides que afectan a los receptores CB1 influyen positivamente en la interconexión de las células nerviosas, que son importantes para el desarrollo de nuestro cerebro.

Según diversos estudios, los endocannabinoides se liberan principalmente en situaciones estresantes. Luego se conectan a los CB1, lo que resulta en un efecto de alivio del dolor. Si bien esta es sin duda una característica increíblemente importante, sin la cual probablemente sufriríamos mucho más dolor, los CB1 tienen mucho más que ofrecer: regulan los síntomas de abstinencia, alivian la ansiedad, mantienen nuestro cerebro seguro después de las lesiones y aceleran nuestro apetito. ¡Delicioso! Por cierto, cuando se descubrió esto, los científicos desarrollaron un bloqueador CB1 para ayudar a tratar la obesidad. ¡¿Qué tan genial es eso?!

Pero a no olvidar, los receptores CB2 también son geniales: ayudan a convertir nuestro cuerpo en la máquina de combate que es. Los CB2 tienen tantos efectos y procesos conectados, que siguen siendo el foco de investigación hasta el día de hoy. Estos receptores se encuentran en nuestro sistema nervioso periférico y central, en numerosas células del sistema inmunitario y del tracto gastrointestinal.

¿No tienes idea de qué significa eso? No te preocupes, aquí está: los CB2 afectan el intestino, los riñones, el páncreas, el tejido adiposo, los músculos esqueléticos, los huesos, los ojos, los tumores, los órganos reproductivos, el sistema inmunológico, las vías respiratorias, la piel, el sistema nervioso central, el sistema cardiovascular y el hígado. En todas estas regiones y órganos, los CB2 tienen un efecto antiinflamatorio cuando se conectan a los endocannabinoides. Muy impresionante, ¿no crees?

 

 

Recuerdos de cuando se descubrió el sistema endocannabinoide

Entonces, con todos estos efectos positivos que el sistema endocannabinoide tiene en nuestros cuerpos, echemos un vistazo a quién podemos agradecer por este conocimiento. En la década de 1960, los investigadores israelíes Raphael Mechoulam y Yehiel Gaoni pudieron determinar que el THC es una de las sustancias psicoactivas más importantes que se encuentran en la planta de cannabis.

Este descubrimiento allanó el camino para los científicos en la década de 1990, quienes pudieron identificar los receptores a los que se conecta el THC, que son, acertaste, los receptores CB1 y CB2. Debido a esto, descubrieron que existen cannabinoides endógenos, compuestos por ácidos grasos omega 6.

Llamaron a su hallazgo anandamida, derivada de la palabra sánscrita “ananda”, que significa dicha o felicidad. Su investigación y sus hallazgos han tenido un gran impacto en la investigación sobre los cannabinoides y nuestro cuerpo.

 

Nos ponemos detallistas

Nuestro organismo es una entidad independiente capaz de recibir determinada información del mundo exterior a través de los sentidos, e interpreta y elabora esta información recibida en el cerebro, permitiendo así a nuestro organismo interactuar con esta. De esta forma, nuestro organismo puede procurar sus necesidades, como la alimentación o la reproducción, además de tomar consciencia sobre sí mismo y del mundo exterior.

Algo mucho más difícil de comprender es el hecho de que nuestro organismo esté formado por una colonia de miles de millones de células. Cada célula es independiente, tiene necesidades individuales de fuentes de energía y posee su propio proceso bioquímico para obtenerla.

Estas células se organizan según la diversidad funcional y estructural, integrando así los distintos órganos. Cada órgano cumple con una función específica en el cuerpo humano para conservar al organismo vivo en su totalidad. El órgano principal encargado de mantener y controlar las funciones de los distintos órganos, así como del procesamiento de los estímulos externos, es el cerebro.

Podemos decir que el sistema endocannabinoide es un sistema de comunicación intercelular. Básicamente, se trata de un sistema de neurotransmisión, aunque es mucho más que eso, ya que se encuentra en otros órganos y tejidos del cuerpo, y no exclusivamente en el cerebro.

El sistema endocannabinoide parece ser la versión evolucionada de un sistema ancestral de comunicación intercelular encontrado también en las plantas: el sistema de ácido araquidónico. De hecho, la naturaleza de los endocannabinoides está directamente relacionada con el ácido araquidónico.

El ácido araquidónico es un ácido graso omega 6 que participa en el proceso de señalización en plantas y animales. En las plantas modula las defensas frente a las infecciones y la señalización del estrés. En los animales regula el crecimiento del músculo, la agregación plaquetaria, la vasodilatación y la inflamación.

La función principal del sistema endocannabinoide es la regulación de la homeostasis del cuerpo. Entre ellos el sistema endocannabinoide juega un papel importante en muchos aspectos de las funciones neuronales, incluyendo el aprendizaje y la memoria, la emoción, el comportamiento adictivo, la alimentación y el metabolismo, el dolor y la neuroprotección.

También se ve involucrado en la modulación de distintos procesos a nivel cardiovascular e inmunológico, entre otros. La distribución de los receptores CB-1 en el cerebro se correlaciona con las acciones farmacológicas de los cannabinoides. Su alta densidad en los ganglios basales se asocia con los efectos enunciados en la actividad locomotora.

La presencia del receptor en el hipocampo y el córtex están relacionados con los efectos sobre el aprendizaje y la memoria y con propiedades psicotrópicas y antiepilépticas. La baja toxicidad y letalidad se relacionan con la baja expresión de los receptores en el tallo encefálico.

El sistema endocannabinoide interactúa con múltiples neurotransmisores, tales como la acetilcolina, la dopamina, el GABA, la histamina, la serotonina, el glutamato, la norepinefrina, las prostaglandinas y los péptidos opioides. La interacción con estos neurotransmisores es la responsable de la mayoría de los efectos farmacológicos de los cannabinoides. Los cannabinoides sintéticos y fitocannabinoides ejercen su acción por la interacción con los receptores cannabinoides.

 

CBD y el sistema endocannabinoide

Ahora que conocemos los conceptos básicos, podemos pasar a nuestro último capítulo de hoy: dado que el THC tiene una influencia en los receptores de cannabinoides, ¿sera que el CBD también tiene ese efecto? ¡Pues sí! Sabemos con certeza que el CBD (que es la abreviatura de cannabidiol, por cierto) tiene efectos en el cuerpo a través del sistema endocannabinoide.

Por ejemplo, usar aceite de CBD puede llevar tu bienestar al ámbito de lo positivo. Además, el CBD bloquea ciertas enzimas que normalmente descomponen a los endocannabinoides, lo que significa que ayuda a mantener intacto nuestro sistema endocannabinoide.

Dado que la investigación en esta área tan solo comenzó hace unas dos décadas, todavía hay mucho que no sabemos, pero más que nunca los investigadores y científicos se dedican a resolver los misterios sobre el sistema endocannabinoide y cómo afecta nuestro cuerpo.

Photo: Kym MacKinnon / Unsplash

0
0
Añadido
Al carrito
whats app