La legalización del cannabis en Alemania en la mira. Parte de una utopía para algunos, sigue siendo controvertida para otros. No todo el mundo está convencido de que la planta, que hace tiempo que se ha convertido en una corriente dominante, deba obtener el derecho legal a existir. La imagen del cannabis en los medios de comunicación es, por tanto, parcial. No pocas veces unilateral. Basándose en el proyecto de ley presentado por el ministro de Sanidad, el Prof. Dr. Karl Lauterbach, en abril, una cadena de televisión privada alemana dedicó dos tardes seguidas al tema de la marihuana. Lo esperábamos con impaciencia… y aún nos preguntamos qué es exactamente eso del periodismo imparcial en Alemania. Pero veamos lo que vimos.
Con el proyecto de ley para la legalización de la hierba en circulación, fue “Despejar el ring” para un salvaje espectáculo de argumentos. Si no supieras que estamos hablando de una planta que los médicos pueden recetar con fines médicos en Alemania desde 2017 como parte de diversas terapias, algunos comunicados de prensa podrían dejarnos con la idea de que se trata de una droga pesada aún inexplorada. Pero no es así. Se trata de una planta cuyos posibles efectos positivos sobre el bienestar se han demostrado ya en más de un estudio. La investigación sobre el cannabis se está llevando a cabo en grandes cantidades en Israel en particular, porque parece que hay algunos países que están adoptando un enfoque progresista ante una tendencia imparable. Una tendencia que es mucho más que eso. En Alemania, sin embargo, la gente parece seguir dando vueltas a argumentos más antiguos que nuestros antepasados. De alguna manera, como si donde hay voluntad, no hubiera camino.
Y para qué crear entonces una representación mediática, alejada de estigmas anticuados, cuando un poco de dramaturgia puede ser tan interesante. Bueno… Bienvenidos a 2023. Aquí habla tu público. No cabe duda de que a la ministra de Sanidad no sólo le interesa que Alemania pueda desempeñar un papel pionero en Europa en caso de legalización, en lugar de dejar que las leyes adaptadas y socialmente adecuadas se las lleve el viento. Pero si dejáramos por completo nuestra formación de opinión sin cuestionar los reportajes de la televisión, quizá no sabríamos exactamente a qué atenernos, en el mejor de los casos no en la primera fila del “Fernsehgarten” (emisión de entretenimiento en televisión).
Una mirada a diversos escenarios de legalización del Cannabis en el mundo
Nuestro maratón televisivo comenzó con un reportaje que ofrecía una visión del manejo del cannabis en distintos lugares del mundo. Empezando por una granja para el cultivo de la planta en Alemania, donde cada paso del proceso de cultivo está sujeto a las más estrictas precauciones de seguridad, el viaje continuó hasta la que sigue siendo la tierra de la leche y la miel para los consumidores de marihuana: Ámsterdam. “Sueña con Ámsterdam que se llevó la esperanza…”. Cantado como una canción de éxito alemana, el sueño estalló en la burbuja de un paraíso mafioso.
La legalización parcial del cannabis y los coffee shops que la acompañan han hecho que el mercado negro alimente a los consumidores a gran escala. ¿Y por qué? Vender a los clientes de los coffee shops es absolutamente legal. Pero comprar las flores necesarias no lo es. Porque la adquisición de formas legales de cultivo se ha dejado fuera de la ecuación. Legalización escasa. Resultado turbio. Así que los propietarios dirigen su negocio legalmente, pero tienen que obtener sus productos ilegalmente a través del mercado negro. Y después de más de 40 años, esto ha conducido a las condiciones similares a las de un cártel que imperan actualmente en Holanda. De ahí que ahora se plantee un proyecto modelo, bastante similar al previsto en Alemania, en el que determinados municipios controlen tanto el cultivo como la distribución, como parte de un cambio meditado que tiene que llegar. Los extractos del país vecino terminan, entre otras cosas, con la cita de Paul Depla, alcalde de la ciudad de Breda: “Haz la legalización en un solo paso. De lo contrario, al final tendréis los mismos problemas que nosotros”.
Bastante justo. También el relato del escenario de Tailandia. Allí, tras la pandemia, se pensó en el cannabis como una atracción turística y se lanzó la despenalización de la forma más rápida posible. El resultado es una jungla de normativas en la que nadie sabe realmente lo que está permitido, lo que no está permitido o simplemente lo que es absurdo. Un policía nos cuenta su nueva vida como propietario de un club de cannabis y rápidamente llegamos a comprender que el cambio de la ley no es necesariamente recomendable sin un sistema de guía que funcione.
El floreciente negocio de la hierba en EE.UU. y sus dificultades
Al otro lado del mundo, conocemos a Ali Jamalian, que pasó de ser un traficante ilegal de hierba a un millonario de éxito gracias a la legalización del cannabis en 23 estados de EEUU. Y como el floreciente negocio no es ningún secreto, nos informa sobre el creciente número de robos en tiendas de cannabis. Dado que los bancos aún no permiten realizar transacciones con la popular planta, se acumulan sumas de dinero en efectivo que valen la pena y se convierten en un atractivo inevitable para los robos. Pero esto no es culpa del cannabis, sino de la falta de condiciones marco. Pero también es un hecho que, desde la legalización, se ha registrado una caída del mercado negro de alrededor del 25%. En Canadá, la cifra alcanza el 70%. Y es y se ha presentado exactamente tan positivo como suena.
Juego limpio. Como casi todo en el informe de Jenke von Wilmsdorff. Crítico pero orientado a los hechos, acercó a un público amplio un tema que nos preocupa a diario. Lo fascinante de las opiniones es que hay muchas diferentes, y descubrirlas es para nosotros la parte más interesante del reportaje.
La cuestionable presentación del Cannabis
Y eso es exactamente lo que se nos escapó la tarde siguiente. En el contexto de un diario semanal de dos presentadores, volvimos a pensar que el cannabis es una droga demonizada. No sólo el tratamiento de la palabra como tal fue irritante desde el principio, sino también la introducción al tema. Si la legalización y la introducción asociada de clubes de cannabis deberían ser un espacio seguro o más bien un paraíso del mercado negro de drogas y armas. Esto se investigó con cámaras ocultas en la joya de España, Barcelona. Esto en sí mismo es una visión bastante parcial de un tema demasiado complejo. Las asociaciones de cannabis son los lugares de distribución de marihuana que se van a crear en Alemania como parte del primer pilar de la legalización. Una asociación de este tipo no puede tener ingresos. Habrá una supervisión estricta.
Los clubes sociales -hay 214 registrados en Barcelona, la capital de Cataluña- son la contrapartida de los clubes previstos en Alemania. Hay una pequeña y sutil diferencia: en Alemania, servirán únicamente para el aprovisionamiento, pero no habrá posibilidad de consumir en su interior. Por ejemplo, se dijo que no se sabía si también se podría fumar hierba en un club visitado en Barcelona. Con la intención de informar, se suponía que esto formaba parte de una investigación previa, ¿no?
España y el problema de la despenalización parcial del Cannabis
También echamos en falta la explicación de por qué también en España sólo es posible obtenerlo en el mercado negro. Sería en cierto modo legítimo señalar que la normativa tampoco permite aquí un canal de obtención legal. ¿O es que echamos de menos el lado menos oscuro de la luna? El tono hace la música. Y esto dio vehementemente la impresión de que el cannabis debe equipararse a los estupefacientes fuertes, sin el necesario aspecto de diferenciación. Pero el objetivo de la legalización es precisamente crear un mercado regulado. A los jóvenes se les niega el acceso y la prevención, en lugar de la ignorancia, garantiza un uso responsable.
Así que parte de una utopía para nosotros no es sólo la legalización, sino también una información justa sobre el cannabis. Y, por desgracia, esto todavía no es algo habitual. La visión crítica es indispensable, porque sin duda hay aspectos que necesitan regulación y, por supuesto, ciertas preocupaciones están más que justificadas. Pero al igual que todos los hechos que conducen globalmente a que el cannabis se legalice cada vez en más países.
Nos encanta ser justos.
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